Esmalte al fuego, la delicadeza de una técnica milenaria
El esmalte al fuego es una técnica milenaria que se aplica en joyería, y es normalmente sobre metales preciosos como la plata o el oro, donde adquiere su mayor virtuosismo.
Un cristal de muchas cálidas y que ha sido molido muy, muy fino es el punto de partida para los trabajos de esmaltado al fuego. Después de ser cuidadosamente lavado para evitar las impurezas de su molienda, se aplica mezclado con agua destilada, realizando a continuación, diferentes capas sobre el metal, en función del diseño, para que pueda fundirse en temperaturas que oscilan entre 750ºC y 880ºC, en función del color del vidrio que se está trabajando.
Los esmaltes pueden ser de diferentes clases, pero se diferencia en dos grandes grupos por ser opacos o translúcidos, siendo estos últimos tipos de esmalte los que más expectación causan por la luminosidad que emanan una vez fundídos sobre metales preciosos como la plata o el oro.
Los romanos y los griegos ya conocían y usaban, en sus joyas, estas técnicas de trabajo que alcanzaron su máximo esplendor durante la Edad Media, destacando los esmaltes de Limoges, en Francia, y los de la escuela de Silos en España.
En nuestro taller utilizamos esta técnica para la elaboración de muchas de nuestras colecciones, por la riqueza de matices que transmite a las joyas y tras 30 años de trayectoria, el esmalte al fuego se ha convertido en una de las técnicas que caracterizan nuestras señas de identidad como joyeros.
No son pocos los alumnos de diferentes escuelas de joyería que nos solicitan la realización de las prácticas o becas en nuestra empresa, para aprender a trabajar los esmaltes al fuego, hecho que como no podría ser de otra manera, nos llena de orgullo y satisfacción.
Recuerda que detrás de una joya Ardentia siempre hay al menos una persona que ha puesto su tiempo y su oficio para materializarla.
Los pendientes de la foto son de nuestra colección Hexagonal.